sábado, 28 de enero de 2012

Es urgente liberar la razón económico-financiera de la jaula de la racionalidad tecnocrática e individualista

Es urgente liberar la razón económico-financiera de la jaula de la racionalidad tecnocrática e individualista

Tengo dudas que el pensamiento de Angelo Card. Scola, Arzobispo de Milán* ….interprete en la misma sintonía el de Benedicto XVI…

¿Hay que “patear” de esta manera la creación de riqueza?

Riqueza y felicidad. Si no queremos recurrir a la drástica amonestación del Señor —«Mirad y guardaos de toda codicia, porque, aun en la abundancia, la vida de uno no está asegurada por sus bienes» (Lc 12, 15)— será suficiente recordar que ya Aristóteles juzgaba inaceptable una vida que identificase la felicidad con la riqueza, o bien, que tomara un medio por el fin. No podemos resignarnos frente a una concepción del “intercambio” que no sólo está cada vez más generalizada, sino que parece gobernar toda la máquina económica. Según esta visión se reduce al ciudadano (de modo pesimista) al homo oeconomicus, preocupado exclusivamente por maximizar sus ganancias. En efecto, parece que la base de la actividad económica y financiera sea sólo la tesis según la cual el aumento de la riqueza es en cualquier caso y, mejor, cuanto antes, un bien que perseguir.

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El principio de la autonomía de las realidades terrenas —entendido rectamente— conlleva como consecuencia el apropiado reconocimiento de la autonomía de los fieles laicos en el campo “suyo propio” (cf. Apostolicam actuositatem, 7). Pero, tal vez, la referencia al principio de la autonomía en este ámbito se ha transformado en una perniciosa renuncia a que surja el valor antropológico y ético necesario para afrontar los contenidos concretos de la acción social, política y económica. De ese modo “autónomo” se ha convertido de hecho en sinónimo de “indiferente” respecto a estos valores substanciales. En este marco, se corre el riesgo de que la doctrina social de la Iglesia se considere más como una premisa de pías intenciones que como un marco orgánico e incisivo de referencia.

En definitiva, hay que preguntarse si el mundo católico, por naturaleza llamado a estar atento a los grandes desafíos antropológicos y éticos en juego, no ha sido, por su parte, corresponsable, al menos por ingenuidad o retraso o escasa atención, del actual estado de cosas. Las autorizadas invitaciones a los fieles laicos a un compromiso político directo más decidido requieren asumir integralmente la doctrina social de la Iglesia basada en principios de reflexión, criterios de juicio y directrices de acción y no en alquimias de partido.

http://www.humanitas.cl/web/index.php?option=com_content&view=article&id=1435&catid=145

sábado, 21 de enero de 2012

LA DRAMATURGA DE LA ESTAFA MORAL

EDITORIAL : LA DRAMATURGA DE LA ESTAFA MORAL
por el Lic Gustavo Adolfo Bunse - 29 noviembre 2011

Cuando “él”… se fue a otro lado… quedé sola… con mi drama... pero allí, creció mi fama… y mejoré… el desenfado y… cuando hablaba de Estado… en este pueblo de tiernos… me creyó cualquier tarado… que el Estado… era el Gobierno
(G.A. Bunse Poemas de la Argentina trágica)

El código moral de la reina… da náuseas. Su visión oblicua de las obligaciones que tiene asumidas por la Constitución Nacional, dan pauta muy clara de una hipocresía ética inadmisible.
Quién esto escribe, quisiera pensar que esta mujer es víctima de una confusión o de un desorden de valores… quizás como producto de algún golpe traumático… profundamente espiritual o afectivo.
Pero no. Los síntomas y los signos de su conducta y de sus prácticas morales públicas, ofrecen la evidencia seria de que se trata de su propia determinación… lamentablemente deshonesta. Ella y su marido difunto, con premeditación casi científica y con fines perfectamente prefigurados, fueron los que diseñaron, articularon… compusieron y decidieron el formato de esta catalepsia de las tarifas a través de la gran farsa de los subsidios que no fueron otra cosa que un saqueo programado al pueblo, para financiar dos campañas políticas completas.
En efecto: los subsidios, les permitieron mostrar una inmovilidad absolutamente falsa y artificiosa… de una parte importante de los costos operativos en el “gasto fijo” que cualquier ciudadano debe enfrentar en su vida diaria: las tarifas.
Y esta mujer… contaba para eso, con cuatro formidables mentiras montadas por su ingenio falsificador… en los últimos cuatro años.

- Mentía los índices de cualquier actividad macroeconómica

- Mentía diciendo que era la Casa Rosada la que pagaba los subsidios, cuando en realidad era el propio pueblo - con sus impuestos - el que sostenía tamaña artificialidad.

- Con el sello rojo cruzado en las boletas, armó un sofisma de cultura elemental (sabía perfectamente que más del 70% de los súbditos de esta comarca no tenía – ni tiene hoy – la menor idea de la diferencia conceptual en entre Estado y Gobierno. Peor que eso, sabía que toda la gente creía… de buena fe… que “el Estado” era “el Gobierno”)

Y este sofisma sencillo… fue la base de la estafa popular mejor armada de la historia.

- Mentía… respecto a presentarnos a todos el “statu quo” de tarifas como un logro permanente… que jamás habría de cambiar (y por eso lo dejó irresponsablemente inmóvil, hasta que pasara el 23 de octubre)

- Mentía en forma enciclopédica sobre que ignoraba las consecuencias catastróficas de esa infame maniobra de tramoya a la sociedad.

Pero… mucho peor que todo esto: En ningún discurso posterior al 23 de octubre… esta actriz dramática de la ordinariez… aceptó - al menos - haberse equivocado con esta verdadera fábula barrida bajo la alfombra en esa, su obra maestra de todas las mágicas postergaciones, improvisaciones y simulaciones de la historia nacional.

Como discípula impresentable del gran Eurípides, en la dramaturgia de su vida y en su pasión casi morbosa por la tragedia griega… no ha tenido el menor recato en refregarle a la sociedad entera... una especie de “vía crucis” de su viudez, como episodio aislado y único que… no afecta a la vida de otros seres humanos… del cual ha sido, ella sola, una dolorosa víctima.

Sus pobres hijitos… quedaron huérfanos, trágica y dolorosamente, en su ya avanzada adolescencia… tal como les puede haber ocurrido a muchísimos ciudadanos de esta comarca… pero con la diferencia de que… pese a disponer de una impresionante cuenta bancaria digna de FORBES, a ellos les afectó mucho más que a cualquier otro súbdito de la tierra (una injusticia terrible).
Como es fácil ver, el código axiológico de esta dama… sin dudas, ha emergido de alguna alcantarilla.

Como magistralmente señala Jorge Lanata… esta monarca lo nombra a su difunto esposo… en forma absolutamente delirante… como “ÉL”. Pero ésa… es sólo una muy pequeña parte de su moral de baldío… copiándole, sin el menor estilo… la comedia dramática al noruego Henrik Ibsen. Y en verdad… termina siendo en ese camino… casi una primera actriz de la obra “Los pilares de la sociedad”… la revelación más cruda de la hipocresía humana después de Moliere.

Para quien esto escribe… es fácil pronosticar algo hoy: La mentira extravagante de este enorme circo de renuncias aparatosas a los subsidios… es algo que termina mal.
Y termina pésimo… por cuanto esta mujer… si alguna vez tuvo tránsito académico terciario… lo cual parece muy dudoso… se copió o se macheteó la materia deontología… de algún manual de las cloacas.

viernes, 20 de enero de 2012

Corralito 2001 versus corralito cambiario 2011

A diferencia del corralito del 2001, el corralito cambiario del 2011 es una forma más fácil de cobrar el impuesto inflacionario. Es como cazar en el zoológico encerrando a la gente en pesos que se deprecian día a día.
Por Roberto Cachanosky


Diez años atrás se había establecido el corralito cambiario que limitaba drásticamente el retiro de depósitos de los bancos. Como la mayoría de los depósitos estaban en dólares, el Banco Central no podía darle redescuentos a los bancos en dólares para hacer los pagos en ventanilla (el BCRA no tenía el franchising para emitir dólares) y, por lo tanto, las entidades financieras no estaban en condiciones de devolver todos los depósitos al mismo tiempo por una cuestión de descalce de plazos.
Si bien nunca estuve de acuerdo con el corralito y oportunamente lo critiqué sin piedad, también debo reconocer que se han dicho muchas burradas al respecto. Por ejemplo, que eso de que había depósitos en dólares era una ficción, porque uno entraba con pesos a los bancos y salía con un certificado de depósitos en dólares. La burrada consiste en no darse cuenta que quien entraba con pesos y salía con un papel que certificaba su depósito en dólares, en el mismo momento estaba haciendo una doble operación. Primero compraba dólares y luego esos dólares los colocaba a plazo fijo. De manera que no había ninguna trampa ni pase de magia en la operación, lo que no quiere decir que desde mi punto de vista poner el corralito fue un grueso error.
En su momento se sostuvo que se estableció el corralito para salvar al sistema financiero, sin embargo, semejante medida generó pánico. Hubiese sido preferible que cada banco renegociara con sus depositantes la devolución de sus dólares en base al flujo de ingreso que iba recibiendo por las cancelaciones de créditos, o por una capitalización de los bancos. ¿Y los bancos que no podían convencer a los depositantes de refinanciar la deuda? Quebraban como cualquier empresa. ¿Es esta propuesta un disparate? A juzgar por cómo quedó el sistema financiero, me parece que el costo del corralito y la posterior devaluación, corralón y pesificación asimétrica fue mucho peor.
De todas formas luego vino el golpe contra De la Rúa, la devaluación, la pesificación asimétrica y el resultado final es que todo el sistema financiero quedó destruido porque la confianza en el mismo quedó muy dañada. Hoy día los depósitos del sector privado en el sistema financiero representan el 17,6% del PIB y en el 2000, antes de la corrida, esa relación llegaba al 26,8%, y ya en esos años esa relación era baja en comparación con países como, por ejemplo, Portugal.
Además, hay que aclarar que el PIB actual es de dudosa confiabilidad. Si fuera más bajo, la relación sería menor. En otras palabras, el modelo que supuestamente apuesta a la producción no ha logrado generar la suficiente confianza como para que la gente vuelque sus ahorros en el mercado de capitales local para financiar consumo e inversión a tasa pagables.
A diez años de aquel corralito este gobierno estableció otro corralito pero cambiario. El gobierno le pone mil y una trabas a la gente para que no pueda comprar dólares. Haciendo una comparación entre el corralito del 2001 y el corralito cambiario del 2011, la diferencia fundamental está en que el del 2001 se estableció para frenar la sangría de depósitos que los bancos no podían enfrentar los pagos en ventanilla. En cambio este corralito tiene, como fin último, acorralar a la gente para que se quede en pesos y así poder cobrarle más fácilmente el impuesto inflacionario. Si en aquél momento se puso un corralito para “salvar” a los bancos, hoy se puso este corralito para esquilmar a la gente.
Si la persona que tiene pesos ahorrados quiere defenderse de la inflación comprando dólares, el gobierno no la deja o la deja parcialmente. Comprar acciones de una empresa que cotiza en bolsa no parece la mejor opción considerando que las utilidades y el futuro de esa empresa dependen de los caprichos de Moreno. Adquirir ladrillos luce hoy como un negocio poco interesante por el alto valor en dólares que tiene el metro cuadrado, y comprar bonos del gobierno es confiar en un insolvente que tiene déficit fiscal y anda buscando por todos lados qué activos confiscar en nombre de la justicia social.
La perversidad de este corralito es que al cobrar el impuesto inflacionario más fácilmente, lo transforma en algo así como cazar en el zoológico. La gente está acorralada en pesos y el Central no para de emitir moneda. De acuerdo al último balance del BCRA del 23 de diciembre, la emisión monetaria primaria, dicho más fácilmente, la cantidad de pesos en circulación, creció el 37,4% con relación al 23 de diciembre del año pasado. Es decir, a pesar de la fuga de capitales, el Central siguió emitiendo moneda a marchar forzada y generando inflación.
¿Qué otros datos surgen del balance del BCRA? Que el financiamiento al tesoro creció casi un 50% en un año. Dinero que se emitió para financiar al tesoro bajo el concepto de Adelantos Transitorios que, generalmente no son transitorios ni adelantos, sino un paga Dios. Estamos hablando de casi $ 20.000 millones más que el tesoro le debe al Central.
¿Y qué más? Que el Ejecutivo siguió quitándole reservas al Central y entregándole a cambio unos papelitos que se denominan Letras Intransferibles con vencimientos en los años 2016, 2020 y 2021. ¿Cuántos de estos papelitos tenía el Central cuando asumió Marcó del Pont en enero del 2010? El stock de esos papelitos que figuraban en el balance del Central sumaba $ 36.243 millones y al 23 de diciembre último ese stock llegó a los $ 110.428 millones. En otras palabras, el Central entregó reservas y recibió unos papeles tipo los billetes del juego de mesa el Estanciero, multiplicándolos por tres su stock. Tiene en su activo tres veces más papelitos ilíquidos de los que tenía en enero del 2010. ¿Qué pasó con las reservas del Central en el mismo período? Tomando los datos puros que informa el Central y no haciéndole las correcciones del caso, en enero del 2010 tenía reservas por U$S 48.068 millones contra U$S 46.274 millones al 23 de diciembre último. Perdió casi U$S 1.800 millones de reservas y aumentó su activo por tres en papeles sin liquidez ni valor. Claro, seguramente el gobierno podrá argumentar que esta baja en las reservas es fruto de la política de desendeudamiento. Dejando de lado el debate sobre si la deuda baja o crece, no parece ser una política sensata pagar deuda fundiendo al BCRA. Una política de este tipo lejos está de ser una jugada financiera brillante. Más bien es de una torpeza sin límites porque cuánto más débil sea el Central desde el punto de vista patrimonial, menor su capacidad para evitar un desborde inflacionario o una corrida cambiaria y financiera.
¿Algún otro dato de relevancia sobre el Central? Sí, en 2005, cuando Néstor Kirchner decidió pagarle al contado la deuda que tenía Argentina con el FMI, firmó un DNU bajo el siguiente argumento textual: “Que, en el caso, se evidencian circunstancias excepcionales que hacen imposible seguir los trámites ordinarios previstos por la Constitución Nacional para la sanción de las leyes”. Es decir, estaba tan apurado por pagarle al FMI, que la deuda pública, que según la Constitución Nacional debe ser tratada por el Congreso, quedó en manos del ex presidente pasándole olímpicamente por arriba al orden institucional. Pasados más de 6 años de ese decreto de 2005 todavía no se sabe cuál era la urgencia de pagarle al FMI al contado y mucho menos la necesidad. Lo cierto es que firmó el decreto y se estableció el concepto de reservas de libre disponibilidad.
¿Qué son las reservas de libre disponibilidad? Todas las reservas que excedan la base monetaria (pesos en circulación + encajes bancarios). Como el balance del Central se hace en pesos, veamos cómo está esta relación. Al 23 de diciembre, el Central declara tener reservas por $ 198.640 millones. Para que haya reservas de libre disponibilidad la base monetaria tiene que ser menor a las reservas. ¿Cuál es el monto de la base monetaria? $ 240.140 millones. Es importante aclarar que en la base monetaria incluyo los encajes en dólares que los bancos constituyen en el BCRA por sus depósitos en dólares, porque el Central incluye en sus reservas esos encajes. Y no hace falta ser un genio de la contabilidad para advertir que un dólar de encaje incluido en las reservas no puede ser tomado para respaldar la base monetaria en pesos y los encajes en dólares al mismo tiempo. Pero aún sin tomar los encajes en dólares, las reservas del Central no alcanzan para cubrir la base monetaria. Lo concreto es que el Central hoy tiene reservas equivalentes al 83% de la base monetaria. No solo no cumple con el DNU firmado por Kirchner en 2005, sino que, además, no hay más reservas de libre disponibilidad. Supuestamente el Ejecutivo no podría seguir tomando reservas para “desendeudarse” porque el decreto de Néstor Kirchner no lo permitiría. Pero claro, tampoco voy a ser tan naif de empezar con la cantinela de respetar las normas, leyes e instituciones en general. Eso es cosa del neoliberalismo que destruyó el país. Pulverizar el patrimonio del BCRA e ignorar el mandato constitucional que es el Congreso el que tiene que tratar el tema de la deuda es progresismo en estado químicamente puro. Lo otro, eso de respetar las instituciones, la propiedad privada y el valor del peso, es cosa de los gorilas reaccionarios y liberales que pretende defender el salario de la gente impulsando la estabilidad de precios. Aplicar sin piedad el impuesto inflacionario es progresista porque es la contracara del Consenso de Washington.
Toda esta descripción viene a cuento porque, en esta época de democratización de la información, es bueno que la misma no sea asimétrica. Es decir, que todos sepan lo mismo. Tómense estas líneas como un aporte a la mayor democratización de la información que impulsa el gobierno. Por eso, siguiendo a rajatablas la democratización de la información que quiere el gobierno es que me parece oportuno avisarle a la gente que no puede contratar a un economista, que el BCRA tiene serios problemas patrimoniales. Podrán exprimirlo un poco más, pero lo concreto es que, por lo que se ve de sus balances, sus autoridades están más preocupadas por financiar el populismo del gobierno que por defender el valor del peso.
Obviamente que el contra argumento será que este modelo no tiene como meta la inflación, sino el crecimiento, lo cual quiere decir, en castellano básico, para que lo entienda la señora de la esquina, que al dejar de defender el valor de la moneda, y establecer el corralito cambiario, la gente pagará más impuesto inflacionario. Pero como la gente es egoísta y quiere defender sus ahorros de la inflación comprando dólares, se estableció este corralito cambiario para cazar mejor a los que ahorran en pesos, porque como grandes enemigos de la patria atentan contra el modelo despreciando el peso para refugiarse en el dólar.
En síntesis, comparando el corralito del 2001 con el corralito cambiario actual, debemos reconocer que este es mucho más sutil, lo vendieron con un muy buen marketing y, agreguemos, que también utilizaron mecanismos de presión tipo KGB para frenar a los egoístas que quieren eludir la inflación. Ahora, el resultado final no será tan diferente del corralito del 2001, porque con la tasa de inflación y tarifazo que tenemos por delante, los ahorros en pesos de la gente quedarán tan pulverizados como los ahorros en dólares del 2001 gracias a la devaluación del 2002. Pero, en definitiva, si Ud. tiene ahorros en pesos no se amargue, el impuesto inflacionario que le estarán cobrando es una contribución patriótica al modelo, a la inclusión social y a la aplicación de la sintonía fina y, de paso, a los salarios de los muchachos de La Campora, que haciendo un sacrificio fenomenal viven en el concheto Puerto Madero para estar más cerca de sus “trabajos”.

miércoles, 18 de enero de 2012

Entrevista a Gabriel Zanotti. Un Filósofo con la mente en la Luna y los pies sobre la Tierra.

Entrevista a Gabriel Zanotti. Un Filósofo con la mente en la Luna y los pies sobre la Tierra. Segunda Parte.

enero 17, 2012

Por Matías Spelta.

El Dr. Gabriel Zanotti es, sin ningún lugar a dudas, uno de los más importantes pensadores del Liberalismo Clásico y la Escuela Austríaca de Economía. Es autor de 20 libros y una innumerable cantidad de artículos. A lo largo de toda su obra ha tratado los más diversos temas. Nos proponemos en esta entrevista hacer un recorrido por todos ellos, llegando a los motivos que hicieron que su estudio se convirtiera en una necesidad intelectual y una forma de vida. El Prof. Zanotti se encarga de demostrar personalmente que, como dijo recientemente, “la vida y obra de un autor son una sola”.

Gabriel Zanotti

MS: La educación es un tema muy importante en tu carrera. Has escrito mucho criticando el actual sistema educativo y planteando reformas. Este año hemos vivido en Argentina tomas de colegios por parte de sus alumnos. ¿Qué reflexiones te provocaron estos episodios?

GZ: Bueno, en esta pregunta hay que distinguir varias cosas. Una, mis críticas al monopolio jurídico estatal en materia educativa. La educación privada implica libertad de planes y programas de estudio, algo que no sólo está lejos de Argentina: hoy Europa se ha convertido en un autoritarismo educativo impresionante Creo que este tema va a tardar mucho en cambiar porque es uno de los frutos más importantes del iluminismo racionalista: el Estado Educador ha tomado después del Siglo XVIII el papel que la religión jugaba en los imperios cristianos y musulmanes de la Edad Media. Así como después se ha distinguido entre Iglesia y Estado, hoy hay que separar Educación y Estado, pero… Otra vez, algo muy difícil de comunicar; otra vez, algo que va contra los paradigmas dominantes y las creencias populares.

Los contenidos culturales no deben ser impuestos por el Estado según su fuerza, sino por las personas según su conciencia: suena muy bonito pero nadie está dispuesto a sacar las conclusiones de ese respeto a la conciencia. Parece que en esta época la libertad individual se ha reducido a la esfera sexual: allí es el único lugar donde las personas reaccionan y dicen “es mi vida”. Ok, y yo lo acepto desde el respeto a la intimidad, no desde la indiferencia moral. Bien, lo mismo deberían decir en temas educativos pero no, allí, que el Estado me eduque. Son muy interesantes esas contradicciones culturales pero así es la opinión pública…

Pero a su vez yo estoy en contra de la educación formal de origen enciclopédico y positivista. Lo cual no es lo mismo que lo anterior, porque en un régimen de libertad educativa, habría libertad para ese tipo de educación. Pero yo tengo otro modelo; no se debe imponer desde el Estado, por supuesto, y la libertad educativa es la condición jurídica para intentarlo. Mi modelo educativo es más bien tutorial, sin clases formales…. Sus detalles los he escrito aquí. No es una reforma global para todos los niveles, pero surge de un convencimiento profundo de que Occidente, por influencia del positivismo, ha confundido educar con “informar”, esto es, la suposición de que el aprendizaje implica un sujeto pasivo que graba paradigmas y los repite, una especie de modelo computacional del aprendizaje. Pero claro, como ello es imposible, porque el ser humano no graba información, sino que o aprende u olvida, entonces las personas se pasan unos 20 años de su valiosa vida repitiendo lo que no entienden en absoluto, enseñado supuestamente por quienes tampoco entienden. Un asesinato a la creatividad intelectual y un primer nivel importante de corrupción intelectual y moral.

Me da pena la cantidad potencial enorme de genios de 4 y 5 años que son asesinados intelectualmente por la primaria y luego, que es peor, la secundaria, para seguir luego dando materias sin ton ni sin, sin conciencia histórica ni filosófica de lo que dicen, sus profesores y ellos. Por supuesto que hay personas que aprenden y personas que enseñan verdaderamente “en” ese sistema, pero es “a pesar del sistema”, no por el sistema. Aprenden porque quieren aprender, a pesar de estar inmersos en el paradigma de la información positivista. Pero son los menos.

Pero lo peor es que todo ello es obligatorio, que no hay opción, que es coercitivo. Como ya dije, yo me salvé de todo ello porque todo me entraba por un oído y me salía por el otro instantáneamente, o directamente no escuchaba nada. Todo lo que aprendí se lo debo a la espontaneidad, a mis padres o a la televisión. Lo único que aprendí formalmente fueron las materias filosóficas en la Universidad; ello, claro, porque yo ya quería aprenderlas. Mi padre, con la sabiduría irónica digna de un pedagogo que ya estaba de vuelta, al verme estudiar me dijo: “Gabriel, ahora estás en condiciones de hacer la
primaria”.

Ahora bien, a la situación argentina hay que agregarle más cosas. La degeneración cultural que vivimos hace ver al proyecto sarmientino, con el cual tengo, como ven, severas críticas, como un paraíso, a lo cual hay que agregar la comprensión histórica que le debemos a la época racionalista ingenua que lo inspiró. Lo que quiero decir es que al menos los contenidos obligatorios de antaño y la formación docente de antaño hacían perdonable al sistema. Ahora, todo es insoportable, porque desde Perón en adelante, el subdesarrollo, el sindicalismo fascista y la descapitalización han llevado a una caída espantosa de toda la oferta educativa estatal, desde lo edilicio hasta la formación docente, y las escuelas supuestamente privadas, introducidas legalmente en el sistema, no pueden escapar del mismo, excepto que desobedezcan, como muchas veces hacen, pero eso retroalimenta la cultura argentina, donde se es estatista en blanco y liberal en negro, lo cual produce la esquizofrenia cultural donde se predica una cosa y se hace otra. (El argentino promedio es así: estatista en blanco, liberal en negro. Está de acuerdo con los impuestos a la renta pero no los paga. Está de acuerdo con la protección a la industria nacional pero luego hace contrabando. Está de acuerdo con las cargas sociales pero luego contrata y es contratado en negro. Y así sucesivamente, propongo hacer una lista. El resultado cultural de ello es negativo para el liberalismo: se lo ve como lo ilegal, lo corrupto, y se asume que “somos así”, cuando en realidad casi todo lo que en Argentina es en negro “debería ser en blanco” y visto como positivo…).

El sindicalismo fascista, más los usos y costumbres revolucionarios asumidos desde los 70 –década de la cual no hemos salido- han producido un modo de expresión social de las demandas basadas en los delitos de usurpación e invasión de espacios públicos y privados, desde calles, puentes, colegios, universidades, hospitales y ahora parques y más adelante quién sabe. Los militares agregaron a ello su represión ilegal y produjeron que la misma noción de represión del delito sea vista como ilegítima. Así, las generaciones de los 60, los 70 y los 80, nacidas en semejante confusión y absorbido culturalmente el consiguiente caos mental, fomentan y estimulan a sus hijos a hacer todo eso, desde pequeños, cuando los llevan de la mano y en sus hombros a sus manifestaciones en calles tomadas, puentes tomados, etc. Ahí tienen entonces a los colegios tomados por sus alumnos y justificados por sus padres. Muchos intelectuales de izquierda tienen un buen punto cuando dicen que ese problema no se soluciona por la fuerza. ¿Qué van a hacer además con niños de 13 a 17 años? ¿La noche de los bastones largos? Eso es peor que la enfermedad. Es necesario un cambio cultural que, huelga decir, no es rápido…

MS: La Escuela Austríaca está viviendo en este momento un incremento en su popularidad y al mismo tiempo se van profundizando las diferencias entre sus miembros. ¿Pensás que tienen alguna relación estos fenómenos?

GZ: No, no les veo relación pero obviamente puedo equivocarme………… Creo que las graves diferencias entre sus miembros se deben a falta de formación filosófica y epistemológica de algunos de ellos, y como lo que acabo de decir es grave, no voy a nombrar a nadie. Pero querer erigirse como pontífice de una supuesta ortodoxia, en temas filosóficos y científicos, es por un lado falta de formación y, por el otro, algún conflicto interno proyectado a la vida académica. Creo que simplemente sufrimos ese tema, pero cuidado, porque la ciencia, como siempre me gusta decir, es humana, aunque hayamos creado una imagen de ella como exenta de las debilidades de lo humano. Y estas cuestiones humanas pueden decidir la continuidad o no de un paradigma alternativo.

Por lo demás sí, es verdad, noto un esfuerzo comunicativo especial. Videos como el HayekKeynes rap o el reciente “I´m in love with Hayek” , lo muestran. Eran cosas inconcebibles hace algunos años, y no porque no hubiera Internet. Por lo demás, el esfuerzo de muchos discípulos de Israel Kirzner –que en general tienen una mejor formación en historia de las ideas y en epistemología- de integrarse a los departamentos de economía de universidades diversas, conviviendo con una mayoría no austríaca, es un camino muy apropiado. Están generando a su vez nuevos discípulos y cuanta mayor sea su formación epistemológica mejor, porque la Escuela Austríaca es, en última instancia, epistemología….

MS: ¿Cómo imaginás el futuro de la Escuela Austríaca? Las diferencias internas se profundizarán o habrá una consciencia mayor de un programa de investigación Mises-Hayek como vos planteas? ¿La EA se hará más neoclásica o el neoclacisismo se hará más austríaco?

GZ: No sé, debo reconocer que he estado dubitativo y a veces contradictorio en mis apreciaciones en este punto. A veces he predicho una austrianización del paradigma neoclásico actual, otras veces exhorto a un mayor diálogo con los neoclásicos y a recordar los orígenes estrictamente neoclásicos de lo que hoy es la EA. Yo mismo tengo un modo de explicar el sistema de precios que, dejando de lado mi insistencia en ellos como síntesis de conocimiento disperso, es más neoclásico que el esquema presentado por Böhm Bawerk.

La profundización de un programa de investigación Mises-Hayek es posible precisamente por la mayor inserción académica que tienen los discípulos de Kirzner, que fue precisamente quien unificó a Mises y Hayek sin borrar sus diferencias (bueno, eso es un programa de investigación). Quiero aclarar que esta insistencia mía en Kirzner (sí, en eso soy kirznerista ) no contradice de ningún modo los aportes de Rothbard. De hecho, yo me formé con Mises y con Rothbard antes que con Hayek y Kirzner y nunca he abandonado los frutos de esa primera formación. Simplemente, como dije, creo que un austríaco actual no puede salir adelante si no tiene una sólida formación en: historia de la filosofía, historia del pensamiento económico; epistemología, de Popper a Feyerabend, fenomenología y hermenéutica, profundizando autores como Lachmann, Machlup y Schutz en sus aportes epistemológicos.

Pero últimamente estoy dubitativo sobre el futuro de la EA por una cuestión más amplia. El neopositivismo cultural y académico ha revivido en estas últimas décadas. En la bibliografía secundaria actual de filosofía de las ciencias, del debate de Popper y Feyerabend se habla como si fuera ya historia de Egipto. Han recrudecido las neuroeconomics, las bioeconomics, los esquemas evolucionistas de corte biologista, etc, como fundamentos de las diversas microeconomics. Yo no tengo nada contra la neurología, la biología y la evolución que inciden en la acción humana. Como tomista tengo un paradigma unificado cuerpo-mente. El problema es su reduccionismo a lo solamente material, con lo cual el carácter intencional, libre, de la acción, queda muy dudoso. Y si se pierde eso sí, olvídense de la EA.

Por supuesto, puede ser que el debate sobre la EA pase por sus tesis más “económicas” como teoría del ciclo, moneda libre, imposibilidad de cálculo económico en el socialismo, etc. Podemos intentar, y de hecho se intenta, debatir todo ello como si los debates filosóficos pudieran quedar de lado. Pero todas esas tesis presuponen que el mercado es un orden espontáneo. Y esto último, a su vez, ¿cómo se justifica? Alguno podría decir que a partir de “The Sensory Order” que es un esquema evolucionista biologicista como precisamente a vos NO te gusta. Ok, pero, en primer lugar, creo que Hayek tienen una tensión interna entre ese libro y sus tesis más proclives al carácter intencional de la acción y los objetos de las ciencias sociales, como en “Scientism…”.

Pero, lo más importante, es que el tema del orden espontáneo implica precisamente que la EA no abogue por “políticas”, ya sea monetarias, crediticias, de comercio exterior, etc. Esa ausencia de “políticas” y de agregados macroeconómicos es lo que la hace quedar como marciana total ante un neopositivismo en lo social que en primer lugar piensa que hacer ciencias sociales es hacer políticas, diseños, de un determinado aspecto en lo social que de lo contrario queda en el caos. O sea que previo a EA “vs” teoría neoclásica actual, hay otro debate más profundo y que incluye al anterior: ciencias sociales como orden espontáneo versus mentalidad neopositivista.g> Y es en ese debate donde he vuelto a ser pesimista. Los que se vuelquen por la primera alternativa quedan incluso fuera del circuito académico, casi fuera de los journals, excepto que sean mansos como palomas, astutos como serpientes y pacientes como Matusalén. ¿A quién se le puede demandar semejante cuota de heroísmo, sagacidad y paciencia? Los temas de sociología de la ciencia son aquí claves. Pero en fin, allí está la generación de Peter Boetkke “in-sistiendo”; espero que alguna vez ex–sistan…

Para continuar leyendo la entrevista acceda al número de octubre del 2011 de la Revista Digital Orden Espontáneo donde la misma fue publicada.

La peste del celular

- DE LA CONVERSACIÓN

¡Por fin alguien lo hizo! Acabo de leer en Internet que a la entrada de algunos restaurantes europeos les decomisan a los clientes sus teléfonos celulares.
Según la nota, se trata de una corriente de personas que busca recobrar el placer de comer, beber y conversar sin que los ring tones interrumpan, ni los comensales den vueltas como gatos entre las mesas mientras hablan a los gritos.

La noticia me produjo envidia de la buena. Personalmente, ya no recuerdo lo que es sostener una conversación de corrido, larga y profunda, bebiendo café o chocolate, sin que mi interlocutor me deje con la palabra en la boca, porque suena su celular.
En ocasiones es peor. Hace poco estaba en una reunión de trabajo que simplemente se disolvió porque tres de las cinco
personas que estábamos en la mesa empezaron a atender sus llamadas urgentes por celular. Era un caos indescriptible de conversaciones al mismo tiempo.

Gracias al celular, la conversación se está convirtiendo en un esbozo telegráfico que no llega a ningún lado. El teléfono se ha convertido en un verdadero intruso. Cada vez es peor. Antes, la gente solía buscar un rincón para hablar. Ahora se ha perdido el pudor. Todo el mundo grita por su móvil, desde el lugar mismo en que se encuentra.

La batalla, por ejemplo, contra los conductores que manejan con una mano, mientras la otra, además de sus ojos y su cerebro se concentran en contestar el celular,parece perdida. Aunque la gente piensa que puede hablar o escribir al tiempo que se conduce, hay que estar en un accidente causado por un adicto al teléfono para darse cuenta de que no es así.

No niego las virtudes de la comunicación por celular. La velocidad, el don de la ubicuidad que produce y por supuesto, la integración que ha propiciado para muchos sectores antes al margen de la telefonía. Pero me preocupa que mientras más nos comunicamos en la distancia, menos nos hablamos cuando
estamos cerca.

Me impresiona la dependencia que tenemos del teléfono. Preferimos perder la cédula profesional que el móvil, pues con frecuencia, la tarjeta sim funciona más que nuestra propia memoria. El celular más que un instrumento, parece una
extensión del cuerpo, y casi nadie puede resistir la sensación de abandono y soledad cuando pasan las horas y este no suena. Por eso quizá algunos nunca lo apagan. ¡Ni en el cine! He visto a más de uno contestar en voz baja para decir:
"Estoy en el cine, ahora te llamo".

Es algo que por más que intento, no puedo entender. También puedo percibir la sensación de desamparo que se produce en muchas personas cuando las azafatas dicen en el avión que está a punto de despegar que es hora de apagar los celulares. También he sido testigo de la inquietud que se desata cuando suena uno de los timbres más populares y todos en acto reflejo nos llevamos la mano al bolsillo o la cartera, buscando el propio aparato.

Pero de todos, los Blackberry merecen capítulo aparte. Enajenados y autistas. Así he visto a muchos de mis colegas, absortos en el Chat de este nuevo invento. La escena suele repetirse. El Blackberry en el escritorio. Un pitido que anuncia la llegada de un mensaje, y el personaje que tengo en frente se lanza sobre el teléfono. Casi nunca pueden abstenerse de contestar de inmediato. Lo veo teclear un rato, masajear la bolita, y sonreír; luego mirarme y decir: "¿En qué estábamos?". Pero ya la conversación se ha ido al traste. No conozco a nadie que tenga Blackberry y no sea adicto a éste.

Alguien me decía que antes, en las mañanas al levantarse, su primer instinto era tomarse un buen café. Ahora su primer acto cotidiano es tomar su aparato y responder al instante todos sus mensajes. Es la tiranía de lo instantáneo,
de lo simultáneo, de lo disperso, de la sobredosis de información y de la conexión con un mundo virtual que terminará acabando con el otrora delicioso placer de conversar con el otro, frente a frente.

Sólo el espíritu crece. Lo material se queda aquí.