Creo que hay que poner muchísima fuerza y hacer muchísimo hincapié en la capacidad destructiva de un discurso, - quizás sobrecargado de sinónimos y adjetivos para mayor claridad y contundencia como intenta ser el mío - que demuela esta cultura de la insensatez tan bien descripta en esta nota.
Algunos me cuestionan el estilo, porque pareciera que no doy lugar a la esperanza, con mi sarcasmo, mi acritud, mi dureza…mi aparente inflexibilidad. Debo decir que mi intención y propósito es sólo didáctico, quiere excluir falsos y estúpidos optimismos de circunstancias o coyuntura, de corto o cortísimo plazo que hace demasiado tiempo vienen engañando a la sociedad toda, y montar una artillería de conceptos analítico-críticos, casi filosóficos diría, acordes al “enemigo” a combatir, es decir, una ideologizada cultura de la insensatez
Creo que hay que poner muchísima fuerza y hacer muchísimo hincapié en la capacidad destructiva de un discurso, - quizás sobrecargado de sinónimos y adjetivos para mayor claridad y contundencia como intenta ser el mío - que demuela esta cultura de la insensatez tan bien descripta en esta nota.
ResponderEliminarAlgunos me cuestionan el estilo, porque pareciera que no doy lugar a la esperanza, con mi sarcasmo, mi acritud, mi dureza…mi aparente inflexibilidad. Debo decir que mi intención y propósito es sólo didáctico, quiere excluir falsos y estúpidos optimismos de circunstancias o coyuntura, de corto o cortísimo plazo que hace demasiado tiempo vienen engañando a la sociedad toda, y montar una artillería de conceptos analítico-críticos, casi filosóficos diría, acordes al “enemigo” a combatir, es decir, una ideologizada cultura de la insensatez