Raúl Castro y su hermano tienen buenas razones para temer que Chávez, si se muere, se lleva a la tumba a la revolución cubana. Esos 100,000 barriles diarios de petróleo, y los copiosos subsidios que le concede a la Isla, son el principal sostén de una dictadura asombrosamente improductiva.
Por Carlos Alberto Montaner