sábado, 9 de julio de 2011

Determinación ciudadana

La falta de perseverancia sea tal vez el pecado cívico más relevante en la historia reciente. Disgusto, bronca, enfado, indignación, impotencia, la nómina es interminable. Múltiples sensaciones que loshttp://www.blogger.com/img/blank.gif ciudadanos sentimos a diario y que compartimos con otros para manifestar tímidamente nuestro desagrado con los hechos cotidianos, con las decisiones que se nos imponen y que no colman nuestras expectativas más elementales

1 comentario:

  1. La nota, con la claridad habitual del pensamiento liberal describe, marca dos polos, el poder y la sociedad.

    • El poder, ellos, nosotros la sociedad;
    • El poder, ellos, los políticos y funcionarios del estado, fuertes y arbitrarios, nosotros los ciudadanos débiles e inconstantes;
    • El poder, sagazmente organizado y estratégico, nosotros los civiles desorganizados y espasmódicos, siempre sorprendidos por el zarpazo de ellos;
    • El poder, escurridizo y zigzagueante para evitar los controles de la ciudadanía, nosotros los civiles, sin herramientas para siquiera enterarnos de cómo disponen de nuestro dinero;
    • El poder, ellos, peleándose y discutiendo por “baldosas” de poder, nosotros, los “súbditos” , cual monarquía medioeval, con todas nuestras expectativas insatisfechas y sin respuesta;
    • El poder, ellos, con conductas antojadizas, personalistas y egocéntricas sin ninguna vocación de servicio, nosotros, “los de abajo” observando impávidos la danza impúdica de individualidades que indecentemente, y sin ningún pudor, exhiben con hedonismo repugnante;
    • El poder, ellos, los mandatarios, con impunes, indolentes y permanentes muestras de burlesca desobediencia al mandato, nosotros, los mandantes burlados, indefensos y ridiculizados frente al tragicómico sainete;

    Es evidente que esta dramática, trágica y tediosa dialéctica,( ellos-nosotros) se da en el marco de una organización fascista de la sociedad, sin República que organice, divida, seccione, limite, reduzca al poder, a ellos, y lo ponga realmente al servicio de sus titulares, nosotros, los soberanos.

    De ahí que, la única lucha válida a dar si queremos avanzar en nuestra republiqueta autoritaria, es la lucha esencialmente cultural contra el populismo y su raíz ideológica que es el fascismo, en nuestro caso, con perfecta identificación histórica, política y partidaria…el peronismo.

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