sábado, 21 de enero de 2012

LA DRAMATURGA DE LA ESTAFA MORAL

EDITORIAL : LA DRAMATURGA DE LA ESTAFA MORAL
por el Lic Gustavo Adolfo Bunse - 29 noviembre 2011

Cuando “él”… se fue a otro lado… quedé sola… con mi drama... pero allí, creció mi fama… y mejoré… el desenfado y… cuando hablaba de Estado… en este pueblo de tiernos… me creyó cualquier tarado… que el Estado… era el Gobierno
(G.A. Bunse Poemas de la Argentina trágica)

El código moral de la reina… da náuseas. Su visión oblicua de las obligaciones que tiene asumidas por la Constitución Nacional, dan pauta muy clara de una hipocresía ética inadmisible.
Quién esto escribe, quisiera pensar que esta mujer es víctima de una confusión o de un desorden de valores… quizás como producto de algún golpe traumático… profundamente espiritual o afectivo.
Pero no. Los síntomas y los signos de su conducta y de sus prácticas morales públicas, ofrecen la evidencia seria de que se trata de su propia determinación… lamentablemente deshonesta. Ella y su marido difunto, con premeditación casi científica y con fines perfectamente prefigurados, fueron los que diseñaron, articularon… compusieron y decidieron el formato de esta catalepsia de las tarifas a través de la gran farsa de los subsidios que no fueron otra cosa que un saqueo programado al pueblo, para financiar dos campañas políticas completas.
En efecto: los subsidios, les permitieron mostrar una inmovilidad absolutamente falsa y artificiosa… de una parte importante de los costos operativos en el “gasto fijo” que cualquier ciudadano debe enfrentar en su vida diaria: las tarifas.
Y esta mujer… contaba para eso, con cuatro formidables mentiras montadas por su ingenio falsificador… en los últimos cuatro años.

- Mentía los índices de cualquier actividad macroeconómica

- Mentía diciendo que era la Casa Rosada la que pagaba los subsidios, cuando en realidad era el propio pueblo - con sus impuestos - el que sostenía tamaña artificialidad.

- Con el sello rojo cruzado en las boletas, armó un sofisma de cultura elemental (sabía perfectamente que más del 70% de los súbditos de esta comarca no tenía – ni tiene hoy – la menor idea de la diferencia conceptual en entre Estado y Gobierno. Peor que eso, sabía que toda la gente creía… de buena fe… que “el Estado” era “el Gobierno”)

Y este sofisma sencillo… fue la base de la estafa popular mejor armada de la historia.

- Mentía… respecto a presentarnos a todos el “statu quo” de tarifas como un logro permanente… que jamás habría de cambiar (y por eso lo dejó irresponsablemente inmóvil, hasta que pasara el 23 de octubre)

- Mentía en forma enciclopédica sobre que ignoraba las consecuencias catastróficas de esa infame maniobra de tramoya a la sociedad.

Pero… mucho peor que todo esto: En ningún discurso posterior al 23 de octubre… esta actriz dramática de la ordinariez… aceptó - al menos - haberse equivocado con esta verdadera fábula barrida bajo la alfombra en esa, su obra maestra de todas las mágicas postergaciones, improvisaciones y simulaciones de la historia nacional.

Como discípula impresentable del gran Eurípides, en la dramaturgia de su vida y en su pasión casi morbosa por la tragedia griega… no ha tenido el menor recato en refregarle a la sociedad entera... una especie de “vía crucis” de su viudez, como episodio aislado y único que… no afecta a la vida de otros seres humanos… del cual ha sido, ella sola, una dolorosa víctima.

Sus pobres hijitos… quedaron huérfanos, trágica y dolorosamente, en su ya avanzada adolescencia… tal como les puede haber ocurrido a muchísimos ciudadanos de esta comarca… pero con la diferencia de que… pese a disponer de una impresionante cuenta bancaria digna de FORBES, a ellos les afectó mucho más que a cualquier otro súbdito de la tierra (una injusticia terrible).
Como es fácil ver, el código axiológico de esta dama… sin dudas, ha emergido de alguna alcantarilla.

Como magistralmente señala Jorge Lanata… esta monarca lo nombra a su difunto esposo… en forma absolutamente delirante… como “ÉL”. Pero ésa… es sólo una muy pequeña parte de su moral de baldío… copiándole, sin el menor estilo… la comedia dramática al noruego Henrik Ibsen. Y en verdad… termina siendo en ese camino… casi una primera actriz de la obra “Los pilares de la sociedad”… la revelación más cruda de la hipocresía humana después de Moliere.

Para quien esto escribe… es fácil pronosticar algo hoy: La mentira extravagante de este enorme circo de renuncias aparatosas a los subsidios… es algo que termina mal.
Y termina pésimo… por cuanto esta mujer… si alguna vez tuvo tránsito académico terciario… lo cual parece muy dudoso… se copió o se macheteó la materia deontología… de algún manual de las cloacas.

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