sábado, 15 de enero de 2011

¿De qué está hecho un buen político?

…El cultivo simultáneo de lo que Pierre-André Taguieff ha llamado con propiedad "la ilusión populista" como una manifestación de demagogia de la edad democrática, y el Estado alentado por una suerte de "progresismo reaccionario" inspirador de un presunto "modelo" nacional, evoca pendientes políticas peligrosas para la realidad democrática que se dice construir. La experiencia indica que el populismo no es sólo un peligro antidemocrático, sino una expresión que un escritor como Laclau emplea sin preocupación de la pendiente autoritaria que evoca, muy bien denunciada por autores de la calidad de Raymond Aron, Giovanni Sartori y el citado Taguieff. Aunque se invoque o se evoque "progresismo", no sólo existe el riesgo nada infrecuente del reaccionario que se ignora, sino del populismo como instrumento cultivado por ciertas elites a través de la invocación de un supuesto "modelo", peligrosamente vecino a la tentación frecuente hacia el "proyecto nacional", proclive a un régimen autoritario.

http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1340437&origen=NLOpi&utm_source=newsletter&utm_medium=titulares&utm_campaign=NLOpi

Hace poco leí…“La Argentina Política” - Una nación puesta a prueba –Por Carlos Floria y César A. García Belsunce – Ed. El ateneo – 350 Págs.….

Un viaje histórico a las “tripas mismas” del poder político en Argentina. El libro constituye una contribución fundamental al debate público sobre el país del nuevo siglo con un marco de referencia común, esto es, “ la necesidad de consolidar una democracia constitucional republicana, austera y moderna”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario