domingo, 30 de diciembre de 2012

País dividido: una sociedad en busca de territorios neutrales

Pierre Rosanvallon ha señalado que uno de los problemas de la democracia de sufragio es la cantidad de poder que se entrega a los electos. Algo similar a la "tiranía de la mitad más uno", que en el siglo XIX criticó Tocqueville. En estos diez años el Gobierno ha usado esa fuerza para licuar a las fuerzas opositoras, neutralizar a las organizaciones profesionales y sociales y someter a la prensa. Más recientemente, se suma una presión similar sobre los jueces. Este listado remite nuevamente a Tocqueville, quien encontró en Estados Unidos los contrapesos posibles para la tiranía democrática de la mitad más uno: la prensa, los jueces y las asociaciones civiles. Rosanvallon agrega otras muchas formas con las que desde la sociedad se pueden poner límites al gobierno democrático. Entre ellas, las manifestaciones en la calle, sobre todo cuando no dependen de la manipulación de los aparatos organizativos.
Estamos lejos de tener una generación del 37, que supere la antinomia entre unitarios y federales. Estamos bastante cerca del pésimo antecedente de 1955. Como en esas ocasiones, hoy las posiciones enardecidas aumentan el riesgo de un final catastrófico. No sería el primer caso en el que una minoría violenta envuelva a una mayoría pacífica. Este debería ser, quizás, el primer objetivo de quienes trabajan para dar forma al espíritu del 8 de noviembre: crear una mayoría activa y constructiva de hombres de buena voluntad, sensatos y pacíficos.
http://www.analisislatino.com/notas.asp?id=5757

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