martes, 10 de mayo de 2011

La coartada fascista

Existen visiones, lugares comunes, frases hechas, que a fuerza de ser repetidas hasta el cansancio, pretenden convertirse en verdad. Una de ellas, muy arraigada en ciertos sectores de la sociedad, es aquella vieja idea de que nos va mal porque somos un país inculto, sin formación suficiente, con muchos analfabetos y gente con limitaciones intelectuales.

1 comentario:

  1. “Por otro lado, la libertad no tiene que ver con la educación”… “Los individuos somos eso, personas, capaces de tomar decisiones por sí mismas, y nuestra mayor información, conocimientos y cultura son deseables, pero de ningún modo un requisito para la libertad”.

    Sí Alberto, el ejercicio de la libertad reconoce en la educación una de sus más importantes fuentes, y a esto lo saben bien los fascistas que intentan mantener al ciudadano en supinas ignorancias para doblegarlo y manipularlo. Lo que ocurre, y lo describes bien en tu nota, que esa misma corriente ideológica en connivencia con la izquierda, ha sustituido el concepto de educación por adoctrinamiento, con lo cual se les ha hecho aún más fácil el sometimiento del hombre sin formación cívico-ciudadana. Es evidente que cualquier concepto de educación debe ir atado indisolublemente al de libertad, siendo la familia la fuente dónde arrancan los contenidos y no en el Ministerio de Educación de cualquier país o gobierno; luego la sociedad civil- y digo la sociedad civil y no el Estado - deberá ser lo suficientemente plural en sus ofertas para que los padres tengan verdaderas opciones y puedan decidir qué se les dice a nuestro hijos en términos de cultura. El Estado no debiera “meter la cuchara” en esto, sólo para asegurar una genuina competitividad entre oferentes privados y sólo subsidiando a aquellos ciudadanos que en condiciones de marginalidad no puedan acceder a su formación ( subsidiar la demanda y no la oferta con enormes inequidades como lo hace el estatismo dirigista instalado entre nosotros, pero claro de esa forma el estado pierde la posibilidad de fijar contenidos, o sea adoctrinamiento).

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