martes, 10 de mayo de 2011

La perpetuidad de los problemas

Es tanta la resignación ciudadana en estos tiempos que hemos asumido como válida, cierta moral que reina entre los dirigentes partidarios, que pretende establecer determinada dinámica para la cual existen momentos oportunos para hacer lo correcto.

1 comentario:

  1. No hay concepto de democracia, ni en la sociedad ni en la dirigencia.

    Esta caterva de inmorales e inservibles, en maratón al sillón de Rivadavia o a cualquier banqueta del poder, que aspiran a seguir gobernándonos, le han metido en la cabeza a la gente que democracia es votar; y la cultura del nefasto electoralismo ha sustituido la cultura de la Democracia Republicana. Ergo, la “sublime” democracia – con minúsculas - llega a pináculos de su gloria cuando hay que votar, cuando el acto debiera ser un mero trámite de reemplazo y cambio de mandatarios; empero, no se habla ni se hace otra cosa que apuntar, distrayendo al ciudadano, al juego de las sillas vacías, si ya estoy sentado, buscaré atornillarme y si aún no tengo una, manotearla.

    ¡Qué triste! Esta deformación tiene un origen ideológico muy claro, el fascismo, religiosamente practicado por la derecha populista y la izquierda oportunista durante décadas…

    ResponderEliminar