No hay concepto de democracia, ni en la sociedad ni en la dirigencia.
Esta caterva de inmorales e inservibles, en maratón al sillón de Rivadavia o a cualquier banqueta del poder, que aspiran a seguir gobernándonos, le han metido en la cabeza a la gente que democracia es votar; y la cultura del nefasto electoralismo ha sustituido la cultura de la Democracia Republicana. Ergo, la “sublime” democracia – con minúsculas - llega a pináculos de su gloria cuando hay que votar, cuando el acto debiera ser un mero trámite de reemplazo y cambio de mandatarios; empero, no se habla ni se hace otra cosa que apuntar, distrayendo al ciudadano, al juego de las sillas vacías, si ya estoy sentado, buscaré atornillarme y si aún no tengo una, manotearla.
¡Qué triste! Esta deformación tiene un origen ideológico muy claro, el fascismo, religiosamente practicado por la derecha populista y la izquierda oportunista durante décadas…
No hay concepto de democracia, ni en la sociedad ni en la dirigencia.
ResponderEliminarEsta caterva de inmorales e inservibles, en maratón al sillón de Rivadavia o a cualquier banqueta del poder, que aspiran a seguir gobernándonos, le han metido en la cabeza a la gente que democracia es votar; y la cultura del nefasto electoralismo ha sustituido la cultura de la Democracia Republicana. Ergo, la “sublime” democracia – con minúsculas - llega a pináculos de su gloria cuando hay que votar, cuando el acto debiera ser un mero trámite de reemplazo y cambio de mandatarios; empero, no se habla ni se hace otra cosa que apuntar, distrayendo al ciudadano, al juego de las sillas vacías, si ya estoy sentado, buscaré atornillarme y si aún no tengo una, manotearla.
¡Qué triste! Esta deformación tiene un origen ideológico muy claro, el fascismo, religiosamente practicado por la derecha populista y la izquierda oportunista durante décadas…