miércoles, 23 de mayo de 2012

La democracia , pretexto del bandidismo político

La democracia , pretexto del bandidismo político

Los casos flagrantes de corrupción, en Chequia y Eslovaquia, de gente del gobierno, está castigando duramente el modelo de gobierno democrático. En encuestas se ha podido comprobar que la gran mayoría de la gente piensa que el gobierno es una bolsa de podredumbre moral, donde actúan auténticos bandidos investidos de una función pública según formalidades legales. Los que vivimos en Praga estamos asombrados ante el último caso, el de un alto funcionario sorprendido in fraganti, recibiendo unos 350000 dólares (7 millones de coronas checas) en efectivo. Pero además encontraron debajo del piso de su casa otros 30 millones de coronas! Realmente, esto se parece a un serial de TV, o al cuento de Alí Baba y los cuarenta ladrones, tal como lo han dicho en la TV.

Y esto es sólo la punta del iceberg. Todo el mundo supone que hay muchos más robos encubiertos de una forma más refinada, más inteligente. Ahora bien: esto está pasando igual o peor también en muchísimos otros países. La organización Transparency International suele publicar un ranking mundial de corrupción, donde curiosamente están más arriba los países menos ricos. Y todos sus gobiernos tienen regularmente elecciones para determinar a los mejores hombres y mujeres para gobernar su propio país. Pero en los países ricos hay otro mal que grava la democracia: el torniquete de los impuestos. Por ejemplo Alemania: una gran parte de la gestión de gobierno se dedica a la creatividad fiscal. Desde hace poco, por ejemplo, en Alemania, los jubilados tienen que pagar impuesto por el cobro mensual de su única fuente de ingresos! En toda Europa, más de la mitad del precio del combustible son impuestos indirectos. Y así podría seguir lamentándome en páginas y páginas.

Y lo cruel y triste de todo esto es que los mandatarios en el gobierno, cuando son malos o injustos, utilizan Mercedes con escolta, salones, hoteles, disfrutan de banquetes etc. etc., pagados por la base electoral mediante los impuestos. De esta manera, la ciudadanía se convierte en ganado, al que se le pueden tirar piedras, gritar, esquilarles la lana sin aviso, ordenarlo y hasta dejarlo morir, si no de hambre, de asco.

Pero lo que quería hasta aquí, con mi exposición, es presentar este triste fenómeno para buscar soluciones, para salvar la democracia, que tendría que ser a nivel constitucional, en donde se tendrían que poner los siguientes puntos:

1. Las personas que se presentan a las elecciones para cargos políticos tienen que presentar a los electores su curriculum, presentar su propia familia (como en USA), ensenar su programa de gobierno y además deberían comprometerse a controles auditoriales de su gestión por empresas o personas designadas aparte por los electores. Además tienen que declarar todos sus bienes que tienen dentro y fuera del país. El que quiera ser elegido estárá obligado a darse a conocer lo más posible mediante los medios de información, y también personalmente en jiras por el país, como se hace en algunos países. Lo importante es que el elector conozca los valores morales que sostiene, para poder darle el sí o el no.

2. Proclamación del derecho a la vida de cada individuo humano, desde su concepción hasta su muerte. Igualmente el derecho de las familias a recibir un tratamiento legal y fiscal favorable en todos los ámbitos de su vida.

3. Prohibir las coaliciones partidarias, porque estas negociaciones postelectorales suelen postergar y dejar en un segundo plano lo más importante: la gestión del bien común de la nación.

4. Proclamar el derecho inalineable e irrenunciable, por parte de cualquier autoridad legislativa, ejecutiva o judicial, al referendum.

5. Imponer al Gobierno la obligación de dar razón de su gestión cada mes, a la manera de un briefing en televisión con posibilidad de hacer preguntas de cualquier ciudadano, en el acto mismo o por escrito. Además, el Gobierno tendría que tener a disposición de los ciudadanos una sitio digital que les permita seguir estos actos de gobierno en sus detalles.

6. Obligación absoluta del Estado a no endeudarse más que el 20% del producto nacional bruto del último ano.

7. Obligación del Gobierno a justificar mes a mes, ante los ciudadanos, el uso del erario público, que tiene que ser gastado de modo diligente y austero, sin invención de necesidades.

8. Obligación del Estado de proclamar licitaciones públicas para encargos desde un mínimo razonable. Las reglas de licitación no deberán tener ninguna cláusulas de escape, como por ejemplo, la invocación de una situación de urgencia.

9. Prohibición absoluta de que las peleas de tipo personal, entre los miembros del gobierno, se libren en los sitios y momentos destinados para la gestión de gobierno, ya sea legislativa, ejecutiva o judicial. La experiencia indica que estas trifulcas entre personas gastan energías, generan costos y al final dejan las cuestiones del gobierno arrinconadas.

Después de este comprensible desahogo no tengo más remedio que dirigir mi dedo acusador a los ciudadanos. Se comporta demasiado pasivamente ante los desmanes de los gobernantes. Tantísimos se quejan y ´arreglan el mundo´ con los amigos , delante de unas cervezas, y nada más. Esta especie de cobardía es el motivo de porqué están pasando cosas que nunca tenían que haber pasado, como los extremos horrorosos del Nacismo y del Comunismo, que precisamente han subido al poder mediante procesos democráticos.

Y no podemos pensar, que estos desastres ya no podrán volver a producirse: lastimosamente pueden repetirse y se repiten hoy y ahora, bajo otras formas como el aborto, el fomento gubernamental de la homosexualidad, el libre juego con embriones humanos, la pretensión del Estado de monopolizar la educación, el desamparo de la familia, la corrupción administrativa que resta medios a los que el ciudadano tiene derecho (mejor atención sanitaria, educativa etc.) y hasta la persecusión de los cristianos en USA y Europa.

Otra de las causas de los regímenes democráticos miserables es el que gente buena, con prestigio y éxito profesional, no quiere ´mancharse´ en la política activa, dejando así el terreno libre para gente que no tiene otra opción para vivir bien que la carrera política. Alguna autoridad moral tendría que sacudir las conciencias de tanta gente buena, buenísima, que hay sin duda en cada país, para que se interesen activamente por la gestión política del propio país.

A pesar de todo, hay otra realidad que mantiene a flote la democracia y la buena vida en tantas naciones prósperas: son los principios constitucionales del Estado de Derecho, que impone al gobernante límites a su gestión, le senala fines y sanciona mínimamente su mal comportamiento. Pero también aquí, al final, las Leyes las hacen y deshacen los hombres, los políticos. Por tanto, el ciudadano tendría que vigilar sus leyes y aprovechar si más el derecho de invocar la inconstitucionalidad de una ley o de su aplicación.

1 comentario:

  1. Una disquisición técnico-impositiva; no está mal que un jubilado pague impuestos por lo que percibe de ingresos, no es la condición de Jubilado o activo la que debe considerarse para establecer la obligatoriedad fiscal de este pago, sino, el nivel de ingresos.

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