Problemas económicos y tensión política

Problemas económicos y tensión política

May-22-12 - por Rosendo Fraga La estrategia política del oficialismo asume que los problemas de la economía, previstos para 2013, se adelantarán al segundo semestre del año en curso. La entrada de dólares del segundo trimestre no ha sido la esperada y desde hace diez días el gobierno -como es su característica- ha redoblado la apuesta, cerrando su venta y acentuando el control de importaciones. Desde la reelección en octubre del año pasado, el primer objetivo en materia económica ha sido obtener los dólares y al no conseguirlo la Presidenta está dispuesta a implementar medidas con más estado para obtenerlos. Hasta hace dos semanas el oficialismo contemplaba la posibilidad de adelantar la elección legislativa a marzo -utilizando para ello el precedente de 2009- si en diciembre se confirmaba un escenario económico desfavorable para 2013. Pero ahora esta alternativa ha quedado en suspenso dado el cambio en el escenario económico. Mientras Moreno cierra más las importaciones y Echegaray limita la compra de dólares, Kicillof presiona para profundizar el desdoblamiento cambiario que ya está funcionando de hecho. En este contexto, el conflicto entre el campo y el gobierno recrudece, aunque su desencadenante sea el aumento de los impuestos rurales, como sucede en la provincia de Buenos Aires. El relato del oficialismo responsabiliza a la crisis europea por los problemas que emergen. Anticipándose a las dificultades de la economía, las tensiones políticas se incrementan y en este contexto el conflicto entre la Casa Rosada y Scioli se agudiza. Dos semanas atrás el vicegobernador (Mariotto) pudo haber calculado mal la reacción de Scioli frente a la ofensiva del kirchnerismo provincial. Pero el gobernador también puede haber cometido un error de cálculo, al desafiar abiertamente a la Presidente con el lanzamiento de su candidatura presidencial para 2015, aunque condicionada a que Cristina no obtenga la reforma constitucional que le permita ir por un tercer mandato. Desde el oficialismo nacional las respuestas públicas han sido muy duras. Los fondos a la provincia le están siendo retaceados; no se apoyan las gestiones de Scioli para lograr la aprobación del aumento del impuesto inmobiliario rural en la Legislatura bonaerense -se lo presiona para que lo haga por decreto- y se preparan acciones judiciales en su contra desde el kirchnerismo provincial. Los intendentes del conurbano temen verse complicados por esta puja y se dividen entre quienes están con Scioli, los que siguen a Mariotto y los que se mantienen expectantes. La reunión del Consejo Nacional del PJ que tiene lugar en la Capital -fue postergada dos veces- y que tiene a Scioli como titular interino, posiblemente sea un ámbito en el cual la Presidenta le responda políticamente, aunque estará ausente por un problema de salud circunstancial. En la oportunidad, será ratificado el liderazgo de Cristina, como inicio de respuesta a las aspiraciones de Scioli. Moyano lo apoya en este conflicto, como lo ha puesto en evidencia al sumar sus legisladores provinciales a la agrupación política creada por el sciolismo (La Juan Domingo) y también lo han hecho público sus dos hijos. Paralelamente, el conflicto entre la Casa Rosada y el sindicalismo también se agudiza. Los metalúrgicos cerraron un acuerdo salarial del 23%, que en realidad se acerca al 30% al incluir sumas fijas. Comercio cerró en 24% y alimentación y gastronómicos lo harán en los próximos días, con porcentajes aun mayores. El problema no es solamente que la pauta del 18% pretendida por el gobierno ha sido superada, sino que estos aumentos se pagarán ahora con un escenario económico más restrictivo. La pugna por la CGT no tiene hoy una resolución clara. Moyano por un lado y los anti-moyanistas por el otro (Los Independientes) se reúnen ratificando sus posiciones, mientras que el grupo de grandes gremios conocido como Los Gordos y la CGT Azul y Blanco -liderada por Barrionuevo, quien la semana pasada calificó a la Presidenta de gorila y mutimillonaria- se mantienen como el fiel de la balanza que puede decidir la puja. Hoy no está claro si finalmente la CGT se dividirá -sigue siendo lo más probable-, se acordará una conducción colegiada o incluso se postergará el Congreso convocado para elegir autoridades en julio. Mientras tanto los sectores combativos -como los que controlan la representación sindical de los subtes- impulsan conflictos, los que en la Ciudad de Buenos Aires son utilizados por el oficialismo nacional para desgastar a Macri. En las provincias los problemas económicos también se incrementan, comenzando a postergarse y fraccionarse el pago de salarios. Ya en mayo lo han hecho Santa Cruz y Entre Ríos, aunque la primera es la provincia de los Kirchner y la segunda está gobernada por un firme aliado de la Presidenta (Uribarri), que incluso la acompañó en el viaje a Angola. Ya siete provincias han emitido letras e intendentes presionan por la emisión de cuasimonedas, algo que resiste el gobierno nacional al percibir que ello sería una señal de debilidad económica, que a la vez daría autonomía a los gobernadores. Es posible que en junio se extienda más el pago escalonado de salarios en las provincias, pero es el medio aguinaldo lo que pondrá en evidencia hasta dónde llega la restricción económica de los gobiernos provinciales. Mientras tanto, el oficialismo nacional profundizará sus políticas: intentará que el Senado en junio apruebe la designación del polémico candidato a la Procuración General (Reposo); continuará operando para que las causas que lo pueden afectar por corrupción queden en ámbitos judiciales bajo su control, como lo muestran recientes medidas en las causas Ciccone y Schoklender; seguirá impulsando causas resonantes de derechos humanos como la que afecta a la empresa Ledesma; mantendrá e intensificará la malvinización de la política exterior; seguirá impulsando las acciones judiciales y administrativas contra el Grupo Clarín y mantendrá una política de creciente intervención en el área de servicios públicos. En conclusión: para la Casa Rosada las dificultades económicas que se preveían en 2013 se adelantan al segundo semestre, quedando en suspenso la idea de adelantar las elecciones legislativas; el enfrentamiento con Scioli escala, asumiendo como un desafío la Presidente su pretensión de candidatura presidencial e impulsando diversas acciones para desgastarlo; el conflicto con los sindicatos se prolonga, logrando Moyano sobrevivir con una CGT que no sabe si se dividirá y cerrándose acuerdos salariales sobre la pauta oficial y los problemas financieros de las provincias se aceleran, pero el oficialismo mantiene constante su agenda de acciones para concentrar poder, radicalizándose.